PILAR INFIESTA
Hace 1.049 años, un monje despensero del monasterio de San Justo y San Pastor, en La Rozuela, garabateó las primeras palabras que dieron origen al castellano. Los quince renglones de su listado de víveres y entregas de quesos desvelan el uso de una lengua que vulgarizaba ya el latín y comenzaba a bucear en el romance castellano. El Ayuntamiento de Chozas quiere dar fama mundial a ese documento, bautizado como Nodicia de Kesos y fechado el 24 de enero del año 959, por constituir «una prueba clara de que el alumbramiento de la lengua castellana, o leonesa para muchos, se efectuó en este municipio y no en San Millán de la Cogolla», asegura el alcalde, Roberto López Luna.
El regidor no resta importancia a las Glosas Emilianenses encontradas en el monasterio de La Rioja, que están consideradas oficialmente como el origen del castellano, pero recuerda que están fechadas en el año 977, dieciocho años después que el texto de La Rozuela.
Para dar fuerza al pergamino, el alcalde pretende iniciar una serie de contactos con las instituciones y los expertos para lograr apoyos que coloquen el testamento de Hermenegildo y Zita, a cuyo dorso escribió el monje Ximeno su famoso listado, en el «lugar que merece dentro de la historia».
El texto, que hoy custodia el Archivo de la Catedral, es el baluarte que utilizará Chozas de Abajo para lograr las adhesiones que sitúen el nacimiento de la lengua castellana (o leonesa) en Cembranos, en el antiguo poblado de La Rozuela.
Apoyos de investigadores
El Ayuntamiento ya goza del apoyo del investigador Matías Díez Alonso, quien ha escrito varios libros sobre la importancia del documento. También dará publicidad a la versión de las primeras personas que ensalzaron el manuscrito, como Justiniano Rodríguez, quien, en 1964, señaló que el origen del español tuvo su cuna en Chozas en el libro El monasterio de Ardón, publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el centro de estudios San Isidoro de León. Junto a él, el archivero de la Catedral de León, el canónigo Agapito Fernández, puso el acento en 1977, durante la conmemoración del milenario del nacimiento del español, en que el templo conservaba un escrito anterior al de San Millán. Incluso Ramón Menéndez Pidal lo incluyó en sus Orígenes del español . No obstante, sus advertencias han tenido, de momento, poco eco para cambiar la historia.
En la Expo de Sevilla
La actuación del Gobierno autonómico en este caso también es paradójica. La Junta presentó la Nodicia de Kesos en la Expo de Sevilla en 1992 como el primer escrito en castellano. Sin embargo, a la hora de proponer emplazamientos para el trazado del Camino de la Lengua Castellana, impulsado a partir de 1997, se olvidó de Chozas. El itinerario de turismo cultural parte de San Millán, se dirige al monasterio de Santo Domingo de Silos, en la provincia de Burgos, después a Valladolid, Salamanca, y, tras pasar por Ávila, culmina en Alcalá de Henares, ciudad natal de Miguel de Cervantes.
El filólogo vallisoletano Jorge Ribero-Meneses ha denunciado el trazado ante la Unesco por considerar errónea la teoría de que el castellano nació en La Rioja y propone otro alternativo que uniría Santoña, en Cantabria, con Toledo, y que incorporara siete ramales procedentes de otros tantos puntos clave del nacimiento del idioma: Oviedo, La Rozuela, Aguilar de Campoo, Vitoria, Santo Domingo de Silos, Soria y Nájera. El alcalde tampoco entiende por qué León ha quedado fuera del proyecto, no sólo por al evidencia de la Nodicia de Kesos, sino por la influencia en la evolución del castellano.
El testamento de Hermenegildo y su mujer Zita
En el Archivo de la Catedral de León hay un documento en pergamino, el número 852, con unas dimensiones de 265×195 milímetros, escrito con caracteres visigóticos en latín, que expresa un testamento, por el cual Hermenegildo y su mujer Zita, por sus almas, hacen una donación de sus bienes al abad Julián y a la congregación de monjes del monasterio de San Justo y San Pastor, situado junto al río Esla, en el poblado de La Rozuela.
El dorso
Tras su muerte expresan que dejan los bienes que poseen en una villa situada en la de Auctarios, en la presura de Vermudo, para albergue de huéspedes y peregrinos. Reciben por la confirmación del documento diez ovejas. La peculiaridad está, sin embargo, al dorso del pergamino, donde aparece escrito en lengua cursiva visigótica, de arriba a abajo, en el doblez izquierdo y en la parte central un texto que mezcla expresiones latinas con otras romanceadas, con notable evolución fonética y que se considera el origen de la lengua castellana o leonesa.
Ximeno
El autor es el monje despensero, llamado Ximeno, que realizó un apunte de la administración de los víveres del monasterio. En quince renglones da cuenta de la entrega de quesos a cambio de tareas realizadas San Justo y San Pastor, desde los trabajos en las viñas hasta una visita del Rey. El texto muestra el nuevo lenguaje que nacía ya incipiente en los medios cultos de aquellos scriptorium de los monasterios. Los análisis paleográficos han confirmado que tanto el testamento como el listado se escribieron en el año 959.
La versión de Ribero-Meneses
El filólogo Jorge Ribero-Meneses destaca entre los documentos más conocidos, anteriores a las glosas emilianenses y silenses, el Cartulario de Valpuesta , fechado en el año 804; el Acta de San Martín de Herrán , del año 772, y la Nodicia de Kesos , del monasterio leonés de Rozuela, del que señala que posee «el primer texto íntegramente en romance castellano, plasmado en el reverso de una escritura del año 959». Gonzalo Santonja, director de la Fundación del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, se refirió a estos documentos indicando que «nada que tenga que ver con nuestra lengua debe ser relegado». El texto de La Rozuela, según Emilio Sáez en el Catálogo de documentos de la Catedral, está formado por unas anotaciones del monje Ximeno. Ribero-Meneses también destaca la importancia en el origen del español de los pergaminos de Villa Naptaulio, en León, del año 976, y otro de Otero de las Dueñas, fechado el año siguiente.
El catastro de la Ensenada
El catastro de la Ensenada de Rozuela, del 12 de mayo de 1752, recoge que el paraje ya era un despoblado convertido en coto del señorío jurisdiccional de Antonio Escobar y Herrera, marqués de Cembranos y regidor perpétuo de la ciudad de León. En ese coto se levantó el monasterio mozárabe de San Justo y San Pastor, en el siglo IX, fundado por el conde asturiano Berulfo. De él salió el tesoro del origen del castellano en una pequeña anotación del monje despensero que actuaba de amanuense para el monarca Ordoño III. Los abades de ese monasterio y el vecino de Cillanueva de Ardón, bajo la misma advocación, gozaron de gran prestigio entre la curia del Reino. Hoy, La Rozuela está en manos de cinco hermanos conocidos como Los Catulinos, que han constituido una empresa de transformación, desmonte y movimiento de tierras. No existen restos del poblado, aunque se conserva la vivienda de los caseros y una piedra de molino.
(del Diario de León, 05-08-2008)
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