L. GAZTAÑAGA
La colaboración en materia de política lingüística entre los territorios astures en los que está presente la lengua asturiana debe tener por lo menos tres condiciones. La primera, que sea «pedida» por uno de los ámbitos territoriales como consecuencia de una demanda. La segunda, que la colaboración no sea vista como una forma de presión en la autonomía de la política lingüística de cada comunidad autónoma o Estado. Y, en tercer lugar, que se haga en un ámbito de respeto y acorde con las realidades lingüísticas concretas de cada territorio. Así lo expuso el lingüista Xosé Antón González Riaño durante la mesa redonda «La llingua nes tierres ástures: propuestes de collaboración llingüística y cultural», que tuvo lugar ayer en el Club Prensa Asturiana de La Nueva España y que fue organizada en colaboración con la Academia de la Llingua Asturiana.
González Riaño manifestó que Asturias tiene la responsabilidad «más fonda» para incentivar la colaboración de la «llingua asturiana», en especial, por el peso demográfico de los hablantes de asturiano. El debate clausuró el I Conceyu internacional d’ historia de la llingua asturiana, y en él participaron, además del citado profesor, Alfredo Hernández, del colectivo Furmientu, de Zamora; Antonio Bárbolo, de Miranda do Douro, y el periodista leonés Emilio Gancedo. Javier Rodríguez Muñoz, director del Club Prensa de La Nueva España, presentó a los conferenciantes, quienes, según dijo, vienen de tierras que nacieron «del tronco común de los ástures».
Emilio Gancedo explicó la panorámica actual de los leoneses en relación con la «llingua autóctona». El periodista señaló que hace veinte o treinta años el asturleonés casi no existía a nivel popular. Sin embargo, gracias a la labor divulgativa de «xentes prestigiosas», expertos historiadores, lingüistas y, en especial, el trabajo «cuasi individual» de personas que ejercieron presión en momentos concretos el leonés está presente como lengua y es reconocido legalmente en el nuevo Estatuto de Castilla y León.
Alfredo Hernández señaló que en Zamora el asturleonés, también llamado asturiano o «lleonés», se encuentra en una situación «crítica» y a punto de desaparecer. Expuso propuestas concretas para su desarrollo, como el fomentar un discurso de lengua compartida, redes de intercambio y debate, y foros y asociaciones comunes.
Por su parte, Antonio Bárbolo señaló que hace diez años que el mirandés es reconocido como una lengua, y este hecho es «un gran paso» para su conocimiento. No obstante, lamentó que «se escribe más que se habla», razón por la que hay que seguir divulgándolo.
(de La Nueva España, 07-11-2008)
Deixar ua Respuosta