CRISTINA FANJUL
«Este trabajo intelectual es uno de los síntomas que demuestran que una universidad está viva». El vicepresidente de la Real Academia de la Lengua, José Antonio Pascual, destacó ayer que el Lelmal es un trabajo básico que permite hacer que la ciencia avance. «Menos consejo y más trabajo es lo que se percibe en este diccionario», aseguró el académico refiriéndose al Léxico de Latín Medieval del Reino de León, que ayer se presentó en el Club de Prensa.
El director de Diario de León, Pablo Lago, subrayó el calado intelectual del encuentro de eruditos y calificó la investigación dirigida por Maurilio Pérez de magna. «Durante un periodo de tiempo muy superior y con un equipo más numeroso, en Cataluña sólo han conseguido estudiar 1.500 paralabras, mientras que el léxico que hoy damos a conocer a conseguido reunir más de tres mil», dijo.
Por su parte, el catedrático de Lingüística de la Universidad de León y académico de la Lengua, Salvador Gutiérrez, mostró su admiración hacia el trabajo desempeñado por Maurilio Pérez -«este es un trabajo de mucho fuste que merece todo el reconocimiento» y resaltó que se trata de una investigación capital para la historia de la lengua, «un campo de batalla eterno».
En los mismo términos elogiosos habló José Ramón Morala. El catedrático de Filología Hispánica de la ULE se refirió a la importancia del fondo documental del corpus leonés y citó la existencia de miles de documentos anteiores al siglo XII, escritos tanto en letra visigótica como carolingia. «Además, hay que hacer hincapié en la gran calidad de los documentos, ya que la mayoría de ellos son originales, lo que aporta una gran cantidad de material que, en ocasiones, hace que el trabajo resulte más complicado», destacó.
28 años de trabajo. Precedió la intervención de Estrella Pérez el rector de la Universidad, José Ángel Hermida, que aseguró que en pocas ocasiones pueden encontrarse personas tan cualificadas en la realización de una investigación. La catedrática de Latín Medieval de la Universidad de Valladolid y artífice del Lelmal, precisó que el nuevo diccionario comenzó a fraguarse en 1982 y es el resultado del estudio de 45 diplomatarios del Reino de León de entre los siglos VIII -que es el momento en el que se escriben los documentos más antiguos que se conservan- al año 1230, momento en el que se produce la unión del Reino de León con la corona de Castilla. Es decir, el Lelmal reúne documentación de lugares tan dispersos como Avilés o Cáceres. Así, se han estudiado documentos de las catedrales de León, Oviedo y Astorga, del monasterio de Carrizo, San Esteban de Nogales, San Miguel de Escalada, Sahagún o Santo Toribio de Liébana.
Para Maurilio Pérez, el Lelmal supone el final de una etapa de trabajo y el comienzo de la siguiente, puesto que se trata de una obra inacabada, un macropoyecto en el que la continuidad -encarnada en la persona de Estrella Pérez, catedrática de Latín de la Universidad de Valladolid- resulta vital.
Este trabajo, en el que han colaborado, entre otros, Pilar Álvarez Maurín, Margarita Torres, Estrella Pérez y Alberto Montaner, reúne un total de 3020 palabras. El Lelmal ha sido editado por Brepols y tiene como misión facilitar la labor de los historiadores, latinistas y lingüistas, puesto que el nuevo diccionario es una herramienta imprescindible para la investigación, al permitir acudir directamente a las fuentes originales sin la posibilidad de que la traducción lleve a errores. Por otro lado, llama la atención la riqueza etimológica que atesora, por cuanto que contiene vocablos de origen latino, griego y romance, dándose el caso además de influencias árabes, celtas y germánicas. Por todo ello, puede decirse que el latín medieval diplomático es un excelente campo de trabajo para el análisis de la historia de las lenguas modernas. Y es que, si bien la pugna entre el latín e el romance empezó pronto no se resolvió hasta finales del siglo XII.
(del Diario de León, 18-01-2011)
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