La Junta de Castilla y León está incumpliendo el acuerdo plenario de las Cortes autonómicas del pasado 26 de mayo de 2010, que le instaban a la protección, uso y promoción del leonés, en cumplimiento del artículo 5.2. del Estatuto de Autonomía.
Así se desprende de la respuesta de la consejera de Cultura (12 enero 2011) a una pregunta escrita formulada el pasado mes de noviembre por el portavoz de socialista de Cultura y Turismo, José Ignacio Martín Benito, en relación a las actuaciones que estaba llevando a cabo la Junta para dar cumplimiento a la resolución aprobada en el pleno de la cámara.
En concreto, la resolución aprobada fue la siguiente: “Las Cortes de Castilla y León instan a la Junta de Castilla y León a:
“1. Impulsar el leonés dentro del patrimonio lingüístico de la Comunidad, con medidas encaminadas a su protección específica, en coordinación con las Administraciones Públicas competentes.
2. Cumplir el mandato establecido en el Artículo 5.2 del Estatuto de Autonomía, y, conforme al mismo, regular la protección, uso y promoción del leonés”.
La prueba evidente que la Junta de Castilla y León no está haciendo absolutamente nada para dar cumplimiento al acuerdo y al propio Estatuto es que no teniendo ningún plan en marcha y ninguna actuación a favor del patrimonio lingüístico de la comunidad, incluye como actuación: la celebración el 18 de diciembre de un ciclo de conferencias bajo el título “Leyendas de Pastores”, en el Museo Etnográfico de León.
Para Martín Benito la respuesta de la Junta es cuando menos “grotesca” y una tomadura de pelo en relación con el patrimonio lingüístico de la comunidad. La ausencia de políticas activas a favor de este patrimonio –en peligro de desaparición- por parte de la Junta, demuestra el nulo interés que tiene el gobierno de Juan Vicente Herrera, no ya sólo por la salvaguarda de este patrimonio, si no ni siquiera por cumplir el Estatuto de Autonomía y los propios acuerdos de las Cortes.
El escaso interés del grupo popular y de la Junta en promocionar las lenguas leonesas queda también demostrado en el rechazo a una enmienda presentada por el grupo socialista al presupuesto de 2011, encaminada a la promoción, uso y protección de leonés.
El portavoz socialista recuerda que el leonés es una de las lenguas consideradas en peligro por la UNESCO, al tiempo que advierte del riesgo que supone la política de la Junta de no reconocer la diversidad cultural de la comunidad. “Si se quiere buscar y encontrar una identidad para la comunidad, ello no se logra, ignorando y estrangulando la riqueza cultural y lingüística de sus territorios”, señala Martín Benito.
(d’Actualidá de Furmientu, 25-01-2011)
El leonés es un dialecto del castellano en vías de extinción. Habría que apoyar su estudio científico, pero al mismo tiempo dejar que la historia siga su curso y que los hablantes dialectales decidan su muerte o salvación.
No sería de recibo hacer lo que los nacionalistas asturianos, inventarse una “lengua” de probeta de base dialectal leonesa que nadie habla (tampoco los que me empezaréis a echar mierda tras el comentario) para poder vivir de subvenciones oficiales.
¿Pa qué quieres apoyar l’estudiu científicu si depués pases d’ello (“El leonés es un dialecto del castellano”)?
Amás ¿nun ves que los separatistas batasunos nun tamos contentos hasta que nun nos dean cuartos pa imponevos llingües inútiles? Que tovía nun t’enterasti, amigu.
Hala, a rascala…
Yá ta’l nacionalismu llingüísticu hispano-castellanista poniendo’l ventilador, y depués tarrencen que chisque la mierda.
también es realista que el castellano es un dialecto del asturiano y encima inventado en un laboratorio de Pancorvo.Puestos a decir paridas….. Y han de ser los hablantes de ese dialecto de Castilla los que decidan su muerte o salvación.
El autodenominado “realista” vive en realidad en el mundo de sus propias mentiras. Apoya el “estudio científico” pero previo vertido de afirmaciones acientíficas (nunca escuché a ningún lingüista prestigioso llamar al leonés “dialecto del castellano”; sí “dialecto romance” o “dialecto del latín” pero no lo otro). Poco científico también resulta ese determinismo histórico en el que los que los hablantes “deciden”. Pero, claro, los que apuestan por su superviviencia dejan de ser honestos hablantes para entrar en la socorrida etiqueta descalificadora del “nacionalista” (habría que ver quién es aquí el verdadero nacionalista) o lo que es peor -aquí ya entra abiertamente en el terreno del insulto- del “cazador-de-subvenciones-para-vivir-del-cuento”. Piensa el ladrón que todos son de su misma condición. Y acostumbrado a pensar y actuar con retorcimiento y mala intención es incapaz de imaginar siquiera que los demás puedan actuar movidos por intereses menos rastreros o espurios.
Recapitulemos las descalificaciones personales proferidos por las intervenciones bablistas (bablista=neohablante de esa lengua inventada que llaman “asturianu”): a rascala, ladrón, rastreros, mentiras, paridas.
Que decidan los hablates, por supuesto. Los hablantes patrimoniales, no los bablistas politizados caza subvebciones (lo habéis expresado correctamente) que se creen el centro del mundo (léase Academia -sic- de la Llingua -sic- Asturiana -sic-).
Yo tamién toi a favor d’eso, que decidan los falantes patrimoniales. Como toos esos vecinos míos que falen asturiano (entre ellos y conmigo) pero que nun pueden facelo colos funcionarios, na escuela, etc.
Así que decidan, sí, pero tien que ser en condiciones d’igualdá ¿sabes qué fai falta pa qu’haya igualdá? Pues eso. Entre otres coses xente como nós.
Mira, nes crítiques a l’Academia toi contigo. Pero claro, nun espero que sepas nin entiendas los puntos de vista estremaos entre la xente que defende l’asturiano (que ye como llamen los vieyos del mio pueblu al so idioma).
Los pocos hablantes patrimoniales (tú seguramente no lo serás, ni tampoco los demás bablistas) no utilizan “asturianu” para referirse a su dialecto. Utilizan nombres locales. “Asturianu” es un politicismo. Seguid soñando (o es “suañando”?).
¿Sí? ¿qué pruebes tienes? Yo tengo sentío “asturiano” bien de veces, los nomes locales hailos n’algunos sitios tamién, y lo de “bable” ye otra cosa más nueva, pero nun voi perder el tiempu explicando al que nun quier saber. Tampoco nun soi “bablista”, namás nací nun pueblu y voi defender lo que vi tola vida contra l’etnocentrismo d’urbanitas modernos y demás iluminaos que nun son a ver más p’allá de lo que ve na tele.
Lo de soñar queda pa cuando vaya pa la cama, pero gracies, ho, qu’eso ye mui sano.
Pues en realidad es precisamente al revés. En el caso asturiano es a nivel literario donde se encuentran otras denominaciones: bable, paḷḷuezu, pixuetu, farriegu, falieḷḷa…etc. Pero eso sí, los hablantes de los pueblos son los que denominan a su modo de hablar asturiano. Son las élites dominantes presuntamente cultas (véase Apolinar Rato, abuelo del ministro ultraliberal Rodrigo Rato) quien usó denominaciones tales como bable y/o otras.Fue el pueblo quien conservó aún el nombre de asturiano.
Sí, seguro. Seguid suañandu. “Asturianu” como denominación del dialecto o dialectos leoneses hablados en Asturias es una invención del nacionalismo asturiano. Hasta que no llegaron los subvencionados de la ALLA la filología hispánica hablaba de “bables” o “leonés” para referirse a esos dialectos cuyos hablantes nombraban (y nombran) con nombres locales. Por cierto igual que en León.
¿Pero cómo una misma palabra puede tener denominación plural y singular al mismo tiempo?