ANDREA SUÁREZ
Ana Cano, presidenta de la Academia de la Llingua Asturiana, confía en que el nuevo Gobierno del Principado sea consciente de las necesidades de la política lingüística. No quiere vender la piel del oso antes de cazarlo y espera a ver políticas concretas para juzgar la actuación de los nuevos dirigentes, pero da un voto de confianza.
Estamos ante un panorama político en cambio…
Hay una novedad importante. En el discurso de Cascos se percibió el interés en proyectar una Asturias asturianista. Hay una referencia clara a la lengua y la cultura del Principado. Otra cosa que me gustaría destacar es el brindis al diálogo con las fuerzas políticas por el consenso en temas importantes, entre los que espero que se encuentre el asturiano.
¿Abordará la Llingua?
Cascos manifestó en varias ocasiones que quiere desarrollar al máximo la ley del uso y eso es destacable, especialmente por un par de detalles; por un lado en la faceta educativa y, por otro, en la administrativa. El caso de la educación hay dos problemas de fácil solución con una política adecuada, como es la generalización de la oferta de lengua asturiana a todos los centros públicos y concertados, lo que sería un salto cualitativo. Otro gran problema es el tema del reconocimiento de la especialidad de magisterio de Llingua Asturiana. Desde luego, yo espero que esos dos aspectos queden resueltos en esta legislatura. En cuanto a la administración, se trata de las relaciones de los asturianos con los órganos del Principado. Cascos también habla del estudio de la Llingua en la universidad, con máster y especialidades de Filología, algo que me parece adecuado. En el trasfondo, aguardo de el nuevo gobierno que haga todo lo posible para que se pueda consensuar una oficialidad, como demandan mayoritariamente los asturianos y, desde luego, para que la lengua pueda tener un futuro. Sin embargo, juzgar políticas es todavía prematuro. Me gustaría que se planificara una política a corto y medio plazo y no solo a largo plazo, con ideas claras. Al nuevo gobierno le doy un voto de confianza; no han empezado a gobernar.
¿Es real entonces el asturianismo de Cascos?
Yo comienzo a creer en las cosas cuando las veo. Es pronto, pero en el discurso del sábado hay una voluntad de proyectar otra Asturias.
¿Se dará el paso hacia la oficialidad?
Debería, pero depende de la voluntad de quien gobierna.
Cascos gobierna solo…
La cuestión lingüística es transversal y no debe ser bandera de ningún partido. El discurso de Cascos está también en los sindicatos y en la sociedad. No obstante, todo depende de la habilidad para llegar a un consenso.
¿Qué le parece que Cascos no utilizara el asturiano en ningún momento en su discurso?
Cualquier presidente del Principado debería utilizar en algún momento la Llingua Asturiana y especialmente en un discurso tan importante.
¿Por dónde puede empezar a demostrar su asturianismo?
Por la educación. Lo más fácil es trabajar por la oferta generalizada en la enseñanza no universitaria y que el profesorado vea reconocida su capacitación.
¿Qué ha hecho la política por el asturiano?
En el inicio de la democracia hubo muchísima ilusión, pero seguramente se cometieron bastantes errores y nunca se pudo dar el paso, pero una de las cuestiones más debatidas en el último Estatuto de Autonomía fue la oficialidad que no se pudo llevar a cabo precisamente por la oposición de los socialistas. A lo largo de estos años se han hecho cosas importantes, como la normativización que llevó a cabo la academia o los estudios sociolingüísticos. Sí ha habido políticas que han servido a la dignificación de la lengua y su visualización, pero no han sido serias ni han contribuído a la normalización.
Sigue habiendo vergüenza del bable.
Durante muchísimo tiempo el asturiano estuvo muy desprestigiado, sometido al desprecio de las élites política y social, y el estigma lingüístico es muy difícil de borrar. Aún hay mucho complejo de inferioridad y por eso es tan importante que el rector, los consejeros, el presidente… utilicen el asturiano.
¿Qué debemos aprender de otras comunidades?
Hay mucho orgullo de andar por casa en Asturias. Debemos aprender de lo que se hizo, por ejemplo, en Galicia y el País Vasco con el idioma. Hay que tomar nota, lo que no quiere decir que la norma sea igual. Las fuerzas políticas deben diseñar la oficialidad y la forma de ponerla en práctica. Sin falta de que sea de un día para otro. La lengua asturiana corre peligro. Es una lengua minoritaria que vive una situación de precariedad y si no se soluciona puede desaparecer. Cuando los hablantes dejan de utilizarlas las lenguas se mueren. Una de las razones principales para que los que la hablan puedan seguir hablándola es que se reconozca de forma legal y la puedan usar en todos los ámbitos, no solo el familiar.
(de La Voz de Asturias, 19-07-2011)
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