MIGUEL ROJO
Forma parte de una nueva hornada de asturianistas y preside Iniciativa pol Asturianu, una asociación que trabaja por la normalización de la llingua y en favor de los derechos lingüísticos de los asturianos. Inaciu Galán (Gijón, 1986) cree que la oficialidad es «la herramienta necesaria» para lograrlo, pero son conscientes de que en este momento «no hay mayorías suficientes en el Parlamento asturiano para lograrlo», por lo que apuestan por «seguir trabajando sin obsesionarse solo con al oficialidad».
Galán aplaude «que El Comercio, a través del artículo de Ramón d’Andrés, Vital d’Andrés y Alfredo Álvarez, haya puesto sobre la mesa este debate, necesario en estos momentos para relanzar la reivindicación asturianista». De hecho, coincide en detectar «una apatía generalizada y una falta de ideas en el movimiento asturianista», razón por la que hace un año, junto a un grupo de militantes «todos bastante jóvenes», puso en marcha Iniciativa pol Asturianu, que trabaja «siempre con la idea de que el futuro del asturiano debe pasar por el uso diario al mismo nivel que el castellano, y no quedar relegado a un mero uso simbólico».
En su opinión, desde que se inició el movimiento allá por los años 70 con Conceyu Bable, «se está haciendo mal todo». Considera que «el sistema no facilita las herramientas a los asturianos para que sean libres de elegir si la utilizan o si utilizan el asturiano».
¿Posibles soluciones? «Debe generalizarse la educación en asturiano para todo el mundo, que el asturiano sea lengua vehicular junto al castellano en la educación, no una materia optativa». Recuerda que «en primaria se puede estudiar asturiano o tener una hora libre, lo que es una irresponsabilidad. Y en secundaria hay que escoger entre el asturiano y el francés, no debería ser algo privativo», propone.
Otra de las reclamaciones de Iniciativa pol Asturianu es la de que «los medios de comunicación públicos utilicen por norma general el asturiano, tanto la radio como la televisión. En castellano ya tenemos la televsión pública nacional, no tiene sentido otra si en ella no aparece el asturiano como lengua principal, como sucede en el resto de comunidades autónomas que tienen lengua propia, sobre todo los programas con más audiencia: informativos y retransmisiones deportivas», propone.
En cuanto a la responsabilidad de la sociedad en la falta de avances -postura que planteaba el artículo publicado en El Comercio- «aunque la hay, creemos que las administraciones son las grandes culpables, pero todos tenemos cierta parte de culpa. Hay muchas empresas privadas e instituciones políticas y educativas que no utilizan el asturiano, aunque en muchas ocasiones saben hacerlo», advierte. Pero recuerda que para que la sociedad se implique más «tiene que tener elección de usar el castellano o el asturiano, cuando lo que sucede es que nos ponen trabas a los que queremos utilizarlo», denuncia.
Es por eso que propone «seguir trabajando y avanzando, sin obsesionarse con la oficialidad, porque la ley de uso tiene aún mucho recorrido», advierte. De hecho, pondrán próximamente en marcha «una campaña para tratar de que se impliquen las empresas y la iniciativa privada. Hemos obtenido logros importantes, como el de que Alsa utilice la toponimia oficial en sus líneas de transporte de viajeros», apunta. Son esas pequeñas victorias las que les animan a seguir luchando por el asturiano. «Es normal que haya gente que, después de 40 años jugándose todas sus cartas a la oficialidad, estén desanimados, pero hay gente joven dispuesta a seguir adelante con la ilusión intacta», asegura.
(d’El Comercio, 09-12-2012)
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