ALBERTO PIQUERO
El escritor y colaborador de El Comercio Xuan Bello volvió ayer en el Antiguo Instituto a su manantial poético, con la lectura de algunos inéditos, entre los cuales estuvieron la elegía dedicada a su padre, ‘La inquietud que nos quema’, o ‘Poética’, con la que inició su intervención. Lo hizo ante un auditorio repleto y devoto y acompañado del también colaborador de este diario Miguel Rojo, quien presentó a su colega como fundador de “nuestro Macondo personal”, o sea, Paniceiros.
Los versos ayer avanzados, formarán parte del poemario que va urdiendo -«sin prisa, porque la poesía es enemiga de la prisa»-, que llevará por título ‘El llibru nuevu’, evidente guiño a ‘El llibru vieyu’, que publicó en 1993. En éste predomina, según su propia valoración, «el tono elegíaco», cargado con una voz nueva, esa que van formando el paso del tiempo, la experiencia y quienes nos van dejando por el camino. Xuan Bello se enfrenta a su nuevo poemario desde una perspectiva en la que se hace más acusada «la problemática del hombre», prescindiendo en parte de una mirada anterior, «en la que estaba más pendiente del paisaje», como anticipó a El Comercio.
Junto a este nuevo volumen, Bello también tiene en marcha otros proyectos, entre ellos el trabajo que está realizando con el pianista Isaac Turienzo, quien ya ha puesto las coordenadas del pentagrama a ‘La inquietud que nos quema’. De otro lado, un repertorio de canciones de tonada, en el que participan Antonio Gamoneda y él mismo con destino a las cuerdas vocales de Joaquín Pixán. Está inmerso también en un surtido de piezas que se enhebrarán con la gaita de Flavio Benito, con quien ya mantuvo vínculo creativo en la mitad de la pasada década.
El acto estuvo organizado por la Asociación de Versos Libres, a la que pertenece Dora Méndez, quien asimismo formó parte de la mesa.
(d’El Comercio, 03-05-2014)
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