ANA G. VALENCIA
Era noviembre de 1945 cuando los vecinos de Oliegos embarcaron en un tren mixto con todos sus enseres hacia Foncastín, su ‘nuevo pueblo’ después de que se vieran obligados a dejar la localidad que quedó inundada bajo el pantano de Villameca. El tren salió de Porqueros, donde este sábado se celebrará la decimocuarta edición de la velada cultural Versos a Oliegos. Concretamente será en la plaza de la Estación, y es que en esta ocasión la cita, que va recorriendo la Cepeda, está organizada por la asociación Peñafita, afincada en este pueblo y capitaneada por Pablo Prieto.
De hecho, la jornada se centrará en ese ‘viaje’. Y de ahí que el libro que se ha editado para la ocasión lleve por título De Oliegos a Porqueros.
La obra, que se presentará al hilo de la velada, recoge así lo que cada colaborador interpreta sobre el éxodo de los vecinos de este pueblo que quedó enterrado en las aguas del embalse: las gentes de la localidad, los que eran niños en aquel entonces o autores reconocidos plasman sus recuerdos. Desde el cepedano Rogelio Blanco, ex director general del Libro, o el profesor Andrés Martínez Oria hasta Bernarda F. M. Natal, una vecina de Oliegos-Foncastín que en el 45 tenía 11 años y que en su poema titulado El destierro de un pueblo recorre esas vivencias desde su memoria infantil, pretenden mantener vivo el recuerdo de Oliegos.
De hecho, con este mensaje cierra la contraportada del libro, utilizando los dos últimos versos del poema de Oria: «También desde la muerte renacemos/ en aquellos que alguna vez nos piensan».
Experiencia compartida
No sólo queda ahí y no sólo se pretende recordar el pueblo inundado, también se busca, según explicó el organizador, reunir a las gentes de la comarca, que compartan vivencias, que se comuniquen entre sí para incentivar las relaciones al hilo de la memoria y el sentimiento.
Es justo con este pretexto con el que se abre De Oliegos a Porqueros, que hace un homenaje al poeta Eugenio de Nora. La luna es la composición que inaugura el libro, precisamente recordando a este autor que en varias ediciones participó en la cita Versos a Oliegos. La obra reúne escritos de cerca de cuarenta autores, algunos en castellano y otros en leonés. No faltan nombres como los de María Ángeles Cordero, Charo Martínez Domínguez, Ricardo Magaz o Ángel Francisco Casado.
El libro editado este año con motivo de la cita también recuerda la importancia de la localidad de Porqueros en la década de los cuarenta. Tenía estación de tren, justo de donde partieron al éxodo los de Oliegos, y muelle de embarque de mercancias. Era la localidad a la que llegó todo el material para la construcción del pantano y además era punto de salida de la producción de patata y cereal.
Y es precisamente Rogelio Blanco Martínez, natural de la localidad de Morriondo, quien en la obra detalla una de estas situaciones que le conferían importancia: todo el correo de la comarca cepedana pasaba por el pueblo de Porqueros.
(del Diario de León, 30-07-2014)
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