JOSÉ CEZÓN
El habla de Pola de Siero es el tema elegido por la filóloga rumana Cristina Bleortu para elaborar su tesis doctoral, que comenzó el año pasado y que está siendo dirigida por los profesores Ramón de Andrés Díaz, de la Universidad de Oviedo, y Miguel Cuevas Alonso, de la Universidad de Vigo, al que se sumará en breve Johannes Kabatek, de la Universidad de Zúrich (Suiza), en régimen de cotutela.
Bleortu, de 29 años, es licenciada en Filología Rumana y Española por la Universidad Stefan cel Mare de Suceava, de donde es originaria. Posee también un máster en ‘Lengua, Literatura y cultura españolas’ por la Universidad Alexandru Ioan Cuza, de Iasi, y otro de ‘Español como segunda lengua’ por la Universidad de Oviedo. Además, ha recibido una beca predoctoral Severo Ochoa, que concede la Fundación para el Fomento en Asturias de la Investigación Científica Aplicada y la Tecnología (Ficyt) para el período 2014-2018.
Bleortu abordará el habla de la capital del concejo de Siero desde el campo de la sociolingüística, que es una disciplina que estudia el uso de la lengua en su contexto cultural y social. La doctoranda realizó un total de 39 encuestas con personas de La Pola de diferentes sexos, edades y formación, de las que ha seleccionado veinticuatro, ya que alguno de los entrevistados no cumplía plenamente los requisitos establecidos, entre ellos, haber nacido y vivido siempre en la villa polesa.
La metodología consistió en una encuesta espontánea, una encuesta de situaciones, varios test de pares mínimos, mapas perceptivos y un cuestionario cerrado. Para ello contó con la inestimable colaboración de Vanesa Díaz Fanjul, licenciada en Filología Hispánica y vecina de Lugones, que se encargó de realizar las encuestas con el ánimo de propiciar una mayor confianza y espontaneidad en los informantes.
Y a partir de ese trabajo de campo, Bleortu pretende estudiar unos 42 fenónemos detectados desde el punto de vista fonético, semántico o morfológico, además de realizar también un tratamiento estadístico. Afirma que el habla de La Pola «es un tesoro desde un punto de vista lingüístico» y pone como ejemplos los plurales femeninos, los diminutivos, el ‘ye’, el ‘ho’, el uso del indefinido, los clíticos o el singular uso velarizado de la ‘n’ en final de palabra.
A falta de analizar en profundidad todo el material, Bleortu desvela un detalle que le ha llamado poderosamente la atención. «Mi sorpresa fue que jóvenes con estudios superiores sigan hablando como la gente mayor; por ejemplo, un abogado hablaba como una mujer de 80 años», afirma con admiración. La filóloga no tiene ninguna duda de que la particular forma de hablar de La Pola va a perdurar en el tiempo. «Estoy convencida de ello, porque la gente se siente muy orgullosa de lo que habla, porque es lo que hablaban sus padres», subraya.
Asegura, por otro lado, que «las mujeres cuidan más los usos estándar -en nuestro caso, son más propensas a usar el castellano- que los hombres», si bien puntualiza que en La Pola lo ha detectado en las mayores de 38 años, una impresión que deberá ratificar cuando culmine los cálculos estadísticos.
Otro detalle para el análisis es que la percepción del informante no siempre coincide con lo que realmente habla y hay gente que se declara castellano-parlante, cuando en realidad emplea una mezcla con el asturiano. Bleortu constata también que las personas mayores utilizan más palabras en asturiano. Como curiosidad relacionada con el léxico, le ha llamado la atención el empleo de la palabra ‘cochera’, en vez de garaje, o la expresión ‘echar un pigazu’ por dormir la siesta. Y en lo personal, Bleortu agradece profundamente el trato recibido durante las encuestas. «Me encantó la gente y su total disposición a colaborar», comenta.
Su director Ramón de Andrés considera «interesante» y «muy apetecible» la elección de Pola de Siero como tema de la tesis, «porque es un núcleo urbano con mucha identidad asturiana, cercano a Oviedo y virgen en este tipo de estudios». Y reitera que «no es la típica tesis dialectológica de ir a recoger lo más asturiano, sino sociolingüística, donde la presencia de rasgos asturianos dependerá de las variables sociales del informante». De Andrés fue, precisamente, el autor en 1988 de la primera tesis doctoral de sociolingüística realizada en Asturias, que versó sobre el habla de la parroquia gijonesa de Deva. Dirigida por la profesora Ana Cano, fue además la primera tesis escrita en asturiano.
El profesor destaca también el hecho de que el rumano sea la lengua materna de la doctoranda, «un idioma que procede del latín y con grandes semejanzas con el español y el asturiano». Y elogia que su alumna haya logrado «la única beca Severo Ochoa en el área de lingüística española».
Bleortu se marchará ahora nueve meses a la Universidad de Zúrich para proseguir con su formación predoctoral con Johannes Kabatek, que, según recuerda, fue el último discípulo del insigne lingüista rumano Eugenio Coseriu. Y espera concluir la tesis para 2016, ya que es uno de los requisitos del convenio de cotutela con esa institución académica suiza. Y no descarta realizar una presentación de su trabajo en Siero en señal de gratitud por todo el apoyo que le prestaron los polesos.
(d’El Comercio, 03-11-2014)
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