La Asociación Cultural Faceira es una entidad dedicada al estudio, divulgación, protección y proyección del patrimonio cultural, histórico y lingüístico de León.
¿Qué es, cuando se funda y cuántas personas formáis Faceira?
Faceira es una asociación cultural, constituida en la ciudad de León en junio de 2011, que actualmente está formada por treinta socios.
¿Qué situación tiene el leonés en la ciudad, en la provincia y en la Región Leonesa?
La situación presente del leonés es muy complicada, muy próxima a su completa desaparición. Se mantiene en uso en unas pocas comarcas rurales y muy periféricas respecto a los núcleos de población leoneses más importantes. Además, y lamentablemente, quedan pocos hablantes patrimoniales, en su mayoría de edad muy avanzada. No obstante, también es cierto que desde hace algunos años el interés por su recuperación, uso y cultivo ha crecido bastante, especialmente en ámbitos urbanos.
¿En qué poblaciones habéis oído hablar el leonés como “primer idioma”? ¿Hay diferentes dialectos?
En lugares de Cabreira, L.laciana, Senabria, etc., pero nunca como primer idioma pues ni se enseña en la escuela, ni se promociona en los medios de comunicación, ni tiene visibilidad ninguna y, además, no es oficial. El uso que hacen los hablantes patrimoniales de leonés es siempre diglósico, es decir, se emplea en contextos familiares, íntimos y cercanos, mientras que el castellano se reserva para las situaciones comunicativas sociales más formales.
Como todas las lenguas, el leonés tiene distintas variedades: cabreirés, forniellu, pal.luezu, senabrés… De hecho, ese conjunto de variedades que comparten una serie de rasgos lingüísticos semejantes, producto de la evolución del latín en esta tierra, es a lo que llamamos leonés.
¿Ha habido algún apoyo económico por parte de la Diputación, la Junta o el Estado para proteger el idioma?
No, ninguno. Sobre el leonés pesan más los prejuicios que hay sobre las lenguas minoritarias que el cumplimiento del Estatuto de Autonomía de Castilla y León, que obliga a proteger el leonés. Al menos es lo que se deduce de la actitud indiferente, cuando no abiertamente contraria, que han mantenido hasta ahora las personas que están al frente de las Administraciones Públicas. Tristemente estos prejuicios afectan también a otros aspectos de la cultura leonesa en general.
Este año ha aparecido el idioma por primera vez en actos oficiales. En primer lugar con Carlos Mulet (Compromís) en el Senado y en segundo lugar con Luis Mariano Santos (UPL), en la celebración de las Cortes de Castilla y León en el Panteón de los Reyes. ¿Cuál es vuestra valoración al respecto?
Que se trata de actuaciones de plena normalidad. La función primordial de cualquier idioma es su uso para la comunicación; que el leonés se emplee en situaciones comunicativas que hasta ahora no han sido usuales dan visibilidad a esta lengua, dignifican su empleo y contribuye a su normalización.
¿Llionés en la escuela?
Sí, sin duda. El artículo 5.2 del Estatuto de Autonomía de Castilla y León dice que “El leonés será objeto de protección específica por parte de las instituciones por su particular valor dentro del patrimonio lingüístico de la comunidad. Su protección, uso y promoción serán objeto de regulación”. La protección tiene que articularse de modo prioritario a través de la presencia digna del leonés en el sistema educativo público de la Comunidad Autónoma, porque si no es así, dicha protección no existe. Así lo dispone la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias del Consejo de Europa, un tratado internacional que España ratificó en 2001, que resulta aplicable al leonés y que establece que la enseñanza sea uno de los elementos esenciales de protección y promoción de las lenguas europeas minoritarias. A este respecto el Consejo de Europa, en los informes sobre la aplicación de este tratado en España en 2012 y 2016, ya reprochó al Estado y a la Comunidad Autónoma de Castilla y León que el leonés no fuera objeto de enseñanza.
Si se hubiera constituido una comunidad autónoma leonesa, ¿el leonés no se hallaría en la situación en la que se encuentra?
Es difícil saber que habría ocurrido si León se hubiera constituido como comunidad autónoma. Por si sola, esta circunstancia no garantiza la adecuada protección del leonés (el caso de Aragón con el aragonés es muy ilustrativo al respecto). En todo caso, es difícil pensar que con otra coyuntura política y social la situación de la lengua leonesa fuera peor que la que existe ahora, que es de completo abandono institucional.
En vuestra página web contáis con un curso online, pero ¿existen cursos para aprender leonés?
Efectivamente, tenemos un curso en línea. Por otro lado, el año pasado editamos un libro orientado al aprendizaje de leonés, Falar con xeitu. Manual d’iniciación al llionés, cuyo autor es Xairu López, un compañero de la asociación. Gracias al creciente interés por el tema, y afortunadamente, ya se ha agotado la primera edición de este manual, así que volveremos a reeditarlo este año. También tenemos un curso presencial en la ciudad de León, del cual ya se han realizado dos ediciones. Si todo va bien, se volverá a impartir a partir del próximo octubre y además nos gustaría ampliar la oferta a otras localidades leonesas, si fuera posible.
¿Colaboráis con otras asociaciones? Si es así ¿qué actividades soléis realizar?
Sí, hemos trabajado con asociaciones culturales con las que compartimos intereses y planteamientos sobre la cultura leonesa y nuestro patrimonio lingüístico. Hasta ahora hemos desarrollado acciones conjuntas con asociaciones como Furmientu (Zamora), El Teixu (Asturias, Llión, Zamora, Tierra de Miranda), Documentación y Estudio de El Rebollar (Salamanca), La Frauga (Tierra de Miranda, Portugal) y Asociación Ordoño I (La Cepeda). Frutos han sido algunas publicaciones y la organización de jornadas culturales y conferencias, pero también otras actividades más lúdicas, como filandones y magostos, donde la música y la tradición oral leonesas son los protagonistas. Asimismo, hemos colaborado con la Fundación Cerezales y la productora leonesa Bambara Zinema para la realización de un documental sobre las entidades locales menores titulado La voz del concejo, con el Ayuntamiento de Trueitas (Cabreira) en la organización de la Fiesta de Cabreira 2015, con el Ayuntamiento de Carrizo de la Ribera en la preparación de la II Bardoniana en homenaje al escritor Caitano Álvarez Bardón, etc. También hemos impartido talleres informativos sobre la lengua leonesa (este verano organizaremos tres más) y tenemos publicados varios libros sobre el leonés o en leonés, así como otros materiales divulgativos, carteles y folletos sobre todo. Entre los proyectos que tenemos en curso están la edición de un vocabulario leonés ilustrado orientado al público infantil y juvenil, un diccionario leonés en el que llevamos trabajando varios años y, también, una gramática del senabrés –la variedad lingüística leonesa de Senabria, Zamora– que pensamos editar conjuntamente con Furmientu próximamente.
Desde nuestro punto de vista, la provincia de León es una mina por explotar tanto en su patrimonio cultural como el natural, con tradiciones antiquísimas como los pendones o la propia lengua. ¿Qué opinión os merece? ¿Se desaprovecha, está desvalorizado, se protege lo suficiente este patrimonio?
Efectivamente, ya el antropólogo Julio Caro Baroja dijo que difícilmente se podrá encontrar en toda Europa una región, como León, en la que los elementos de la cultura moderna se hallen tan en armonía con los datos de un pasado remoto, y nosotros así lo creemos. La región leonesa es depositaria de un enorme legado cultural y patrimonial que abarca numerosos ámbitos: las tradiciones populares, la arquitectura tradicional, el sistema de organización de los pueblos con las juntas vecinales que dan continuidad a los antiguos concejos leoneses, el derecho consuetudinario, la mitología y las creencias, los pendones, los aluches, las distintas modalidades de bolos, la música y el baile tradicionales, la gastronomía…
También somos herederos de un impresionante pasado histórico. Durante cientos de años León fue un reino con unas instituciones, organización y derechos propios. Aquí se desarrollaron las primeras Cortes de la historia europea y aquí nacieron los fueros que sirvieron de modelo organizativo a otros territorios peninsulares. Tenemos la enseña territorial más antigua de Europa, el león rampante, que identificó primero a la monarquía leonesa y después pasó a convertirse en símbolo de nuestra tierra. Producto de nuestra historia es el ingente volumen documental conservado en los archivos leoneses y en otros lugares. Y todo esto son solo unas pinceladas de lo que fue y es León, pues los elementos que conforman la personalidad y la identidad cultural leonesa son múltiples y variados. Aun a riesgo de que se me acuse de un amor desmedido por lo propio, afirmo sin complejos que ya quisieran muchas comunidades autónomas disponer de una fracción, siquiera, de esta herencia histórica y cultural. Pero para vergüenza nuestra, lo cierto es que en León observamos un gravísimo desinterés institucional sobre todo este legado. En León carecemos de organismos específicos que sirvan de referencia y estimulen el estudio, la investigación y la promoción de la historia, la cultura y el patrimonio de León como sí tienen Galicia, con el Consello da Cultura Galega o la Real Academia Galega, o Asturias, con el Real Instituto de Estudios Asturianos o la Academia de la Llingua Asturiana. La provincia de León ni siquiera cuenta con una institución equivalente al Instituto de Estudios Zamoranos, de Zamora. León nada tiene que envidiar en cuestión de entidad histórica o patrimonio cultural o lingüístico, pero si nos fijamos en cómo se valora o defiende dicho patrimonio el panorama es desolador.
La provincia de León es trilingüe (leonés, español y gallego) pero parece que solo se valora un idioma…
El castellano es la única lengua oficial en León, es la materna de la inmensa mayoría de la población leonesa, la que vemos en todos los medios de comunicación o la que se emplea casi en exclusiva en la educación. Tenemos otras dos lenguas autóctonas que se encuentran en una situación muy precaria, la gallega y la leonesa, ambas protegidas por el Estatuto de Autonomía de Castilla y León (artículos 5.2 y 5.3). De esas dos lenguas minoritarias una de ellas, la gallega, tiene una pequeña promoción, básicamente a través de la enseñanza, a la que la Junta de Castilla y León dedica cada año algo más de medio millón de euros. La otra lengua minoritaria, la leonesa, carece de la más mínima promoción, está ausente del sistema educativo y no hay presupuesto para su protección o fomento. Un elocuente ejemplo más de la importancia que se concede a lo leonés en la Comunidad de Castilla y León y de la hostilidad manifiesta promovida desde el poder autonómico hacia todos y cada uno de los elementos que conforman la personalidad leonesa.
En otras zonas vecinas como Asturias o Galicia tienen una diferente conciencia sobre la lengua. ¿Por qué mucha gente rechaza el leonés?
Pues no sabemos si mucha gente rechaza el leonés pero, en todo caso, si eso fuera así sería una actitud tan democrática y cívica como rechazar a una persona por sus creencias religiosas (o falta de creencias), por el color de su piel, su ideología política o su procedencia. Ese tipo de rechazo se sitúa fuera de los valores constitucionales por los que se rige nuestra sociedad y que determinan el respeto a las minorías (también las lingüísticas), y del cumplimiento de las normas dictadas para la protección de este idioma.
¿Qué medidas proponéis para fomentar el aprendizaje del leonés?
Las mismas que las implantadas por la Junta de Castilla y León para la enseñanza del gallego en León y Zamora desde hace quince años: la creación de una asignatura de lengua y cultura leonesa en la educación infantil, primaria, secundaria y bachillerato, así como que el leonés sea objeto de enseñanza en las Escuelas Oficiales de Idiomas. Aceptar menos sería asumir la política de discriminación que practica sin miramientos la Junta de Castilla y León hacia los hablantes de leonés incumpliendo arbitrariamente el Estatuto de Autonomía y la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias del Consejo de Europa.
¿Tiene futuro el leonés?
Tiene el futuro que decidan sus hablantes. Sin hablantes no hay leonés, y lo cierto es que hace décadas que la transmisión intergeneracional de la lengua se rompió. Con este horizonte dramático toca hacer un trabajo de investigación y estudio urgentes sobre las hablas leonesas vivas, de divulgación sobre su existencia, de concienciación sobre su valor patrimonial, de promoción cultural y de enseñanza del idioma. Entendemos que esas actuaciones básicas son esenciales y condición necesaria para que nuestra lengua tenga alguna posibilidad de sobrevivir en las próximas décadas.
José Ignacio Suárez García es miembro de la Asociación Cultural Faceira y Profesor del Departamento de Historia del Arte y Musicología de la Universidad de Oviedo.
(de Petanca León, 15-06-2016)
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