ÓSCAR PANDIELLO
Ante la presión de los estados y sus idiomas oficiales, las lenguas minoritarias se han visto frecuentemente relegadas al ostracismo. En la costa atlántica, son muchos los casos de lenguas mantenidas por el empeño de sus hablantes pese a que el francés, español e inglés sean la norma en las instituciones. Así lo explicó la lingüista de la Universidad de Oviedo Rosa Medina, experta en occitano, en una de las primeras charlas del ‘mar de llingües’ por el que ha apostado la presente edición del Arcu Atlánticu. «El occitano ha tenido que luchar contra varios genocidios culturales y, pese a ello, no está muerto, aunque sí poco usado. Al igual que el asturiano, es una lengua maltratada institucionalmente», lamenta la lingüista. Durante la ponencia, titulada ‘¿Puede una civilización salvar una lengua?’, Medina reflexionó sobre las lenguas minoritarias y el «sentimiento de pertenencia» que las mantiene vivas.
En el caso del occitano, el apego de la población del sur de Francia a una de las primeras lenguas surgidas del latín es importante. «Si nosotros somos guardianes del Paraíso, ellos lo son de una civilización. Occitania tiene más de mil años y su lengua fue la primera en crear cultura después del latín», subrayó Medina. Uno de los muchos obstáculos que se le han presentado llegó durante la Revolución Francesa. «Los franceses hablaron de libertad y fraternidad, pero solo querían una lengua oficial, que entonces era un dialecto como las demás, y ahogaron al resto», explicó. Para mantener vivas las lenguas minoritarias, la fórmula es la misma en todos los casos. «Son una forma de vivir y de cultura. Hay que hablarlas y punto. Son los propios hablantes los que deciden si quieren dejar de hablarlas o cantarlas, no ninguna institución», argumentó la profesora.
Juegos tradicionales
Más allá del debate sobre lenguas, la jornada de ayer en el Arcu Atlánticu dejó música, juegos y gastronomía. Los más pequeños pudieron disfrutar de juegos «tradicionales e insólitos» en varios puntos de Cimavilla. Los de ingenio y habilidad congregaron a decenas de padres e hijos, que compitieron en carreras de peces, laberintos de cuerda y torneos de pesca. Clásicos como la rana también estuvieron muy solicitados. «Estas cosas son las mejores. No es por desprestigiar a los videojuegos y al entretenimiento digital, pero con cosas como esta es como se educa a una persona», celebraba Ramón Hevia, que acudió con su hijo.
También dio que hablar la decisión de la alcaldesa de ofrecer a la Xunta pola Defensa de la Llingua un espacio en la ciudad en septiembre para que pueda presentar en él su propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía, tras la negativa de Cultura a concedérselo en el Arcu Atlánticu. Ciudadanos emitió un comunicado en el que se posicionaba al lado de la concejala de Cultura. «Mostramos nuestra sorpresa y disconformidad con la desautorización de su decisión por parte de la alcaldesa», seña su escrito.
La formación naranja argumenta que el festival «de ninguna manera constituye un marco apropiado para la presentación de iniciativas de índole político». También critica las declaraciones recogidas el martes en un comunicado de la Alcaldía, en las que Moriyón hace referencia a la necesidad de «construir el consenso necesario para la solución del conflicto lingüístico de Asturies». En opinión de Ciudadanos, «decir que existe un conflicto lingüístico en Asturias es algo completamente alejado de la realidad. Existe un amplio consenso social y político en torno al actual status de la llingua». El partido apoya la cesión de un espacio público para que la Xunta presente su iniciativa política, siempre y cuando no se realice «en el marco de ningún evento organizado por el Ayuntamiento, garantizando la neutralidad de una institución que representa a todos los gijoneses».
Por otra parte, la Policía Local informó ayer de las restricciones que se impondrán el domingo al tráfico con motivo del desfile de grupos folclóricos y gaitas que tendrá lugar por el Muro dentro del Arcu Atlánticu. Entre las 11.30 y las 16 horas habrá cortes en la avenida del Molinón, Rufo García Rendueles, Ezcurdia, Jovellanos, Cabrales, Campo Valdés, Sebastián Miranda y la plaza del Periodista Arturo Arias. El cierre también afectará al carril bici.
(d’El Comercio, 27-07-2017)
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