J. L. ARGÜELLES
“Háblame en portugués, no en asturiano”. Fue la petición que le transmitió no hace mucho a Alcides Meirinho (Circuiro, 1961), en Santiago de Compostela, un amigo gallego. En realidad, el escritor y traductor luso estaba hablando en mirandés, el glotónimo con que se conoce la lengua románica que es oficial en la región portuguesa de Trás-os-Montes y Alto Douro.
Meirinho contó ayer esta anécdota antes de protagonizar una de las convocatorias más esperadas de la nueva jornada del Festival Arcu Atlánticu, cuya sexta edición está dedicada a algunas de las lenguas europeas minorizadas que comparten geografía marítima. El muy interesado público que siguió la charla de Meirinho en la plaza de la Corrada, en Cimavilla, siguió atentamente las reflexiones del conferenciante, que utilizó el mirandés. Y dio una sustanciosa definición de lo que es, en su opinión, esta lengua: “No soy filólogo, pero para mí es un astur-leonés que quedó arrinconado en una esquina de la Península (ibérica)”.
Vicepresidente de la Asociación de la Lengua y Cultura Mirandesa, Meirinho relacionó los parentescos entre el mirandés y el asturiano o astur-leonés por la existencia de los zoelas, tribu astur que ocupaba un territorio que iba desde Sanabria hasta la sierra de la Culebra y parte de la región de Trás-os-Montes. El idioma asturleonés pertenece al grupo iberorromance occidental que deriva del latín. “Son lenguas hermanas”, subrayó Meirinhos.
El escritor contó que aprendió mirandés en la calle, jugando con otros niños, porque en su casa y en la escuela les obligaban a hablar portugués, la lengua de “prestigio”: “No podías hablar mirandés y te estigmatizaban si lo hacías, desde el colegio al servicio militar”.
Para Meirinhos el “mayor enemigo” del mirandés ha venido siendo, precisamente, la ciudad Miranda do Douro: “Te miraban mal”. “El mirandés es hoy oficial gracias a Dios, pero no lo notamos en nada”, añadió.
Según los datos del escritor y traductor, unas dos mil personas utilizan el mirandés como primera lengua. Hay unos diez mil hablantes en todo el mundo, por la importante emigración portuguesa. Y una cifra para la esperanza: unos cuatrocientos escolares aprenden este asturleonés “arrinconado en una esquina peninsular”, según la conclusión de Meirinhos. Éste lamentó que, Portugal, sea uno de los tres países de la Unión Europea (UE) que no ha firmado la “Carta Europea de las Lenguas Regionales y Minoritarias”, aprobada en Estrasburgo en 1992. Los otros dos países son Grecia y Rumanía. “Es una vergüenza que el Ministerio de Cultura no firmara”, aseguró.
(de La Nueva España, 28-07-2017)
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