J. F. GALÁN
Historiador, gerente del Patronato de Cultura de Corvera y miembro de la Academia de La Llingua, Adolfo Camilo se define como un «apasionado de la cultura de mirada crítica pero no partidista hacia todo lo que le rodea». Hoy miércoles presenta en el Aula de Cultura de La Voz de Avilés ‘L’arume’, una novela corta que supone su regreso a la actividad literaria. El acto está programado para las siete y media de la tarde en el Centro de Estudios Universitarios (La Ferrería 7-9), con entrada libre. Le acompañarán el profesor y también escritor Xulio Vixil Castañón y la editora de Trabe, Esther Prieto.
Llevaba cuatro años sin publicar. ¿Por qué?
Tras más de dos décadas publicando una obra anual sentía cierto agotamiento. Quise hacer una pausa, ponerme en barbecho, dedicarme con más intensidad a otros asuntos. También quería reflexionar y reivindicar la situación en que se encuentra la literatura en asturiano, excesivamente condicionada por las instituciones públicas. Es un mercado tremendamente intervenido, lo que confunde a lectores y escritores.
Intervenido en qué sentido.
Todo va en función de las líneas que marquen a través de las subvenciones, si bien es verdad que sin ellas la situación sería mucho peor.
¿Qué habría que hacer entonces?
Las ayudas son paliativos que demuestran que hay una situación de anormalidad. La solución es la oficialidad.
¿Hay demanda de literatura en asturiano?
Hay una línea asturiana presente ya desde el siglo XIX interesada en profundizar en su lengua y su cultura a la que en los últimos años, gracias a la enseñanza en las escuelas, se ha sumado un público infantil y juvenil, pero poco más. La masa crítica que tenemos es muy limitada sencillamente porque el hablante de asturiano está sin alfabetizar en su propia lengua, por lo que resulta muy complicado que acceda a esta literatura.
¿Cree que hay demanda para esa oficialidad?
La mayor parte de la población la pide. Lo que después tenga que ser se determinará en Asturias. La oficialidad es un marco legalista para preservar la lengua y proteger los derechos de sus hablantes, sean mayoría o minoría, pero no obliga a nadie a hablar en asturiano.
¿Cree que esos derechos están siendo vulnerados?
En todos los sentidos. Tenemos una ley desde hace veinte años que no se acaba de desarrollar, y ningún ‘asturfalante’ puede tramitar en su llingua ningún tipo de documentación oficial.
En Avilés tampoco se oye mucho asturiano.
Avilés tuvo la suerte de recibir a muchas personas de otras provincias, pero en cuanto te alejas de los grandes núcleos urbanos el asturiano está presente en la calle. Se puede ver en cualquier pueblo.
¿A qué responde el título de su última novela?
‘L’arume’ (‘El aroma’) pretende ser una historia de amor obsesiva, apasionada, rota en un determinado momento por la muerte de uno de los miembros de la pareja. A partir de entonces el otro va a hacer lo imposible por reconstruirla, por inventar una vida alternativa en la que el difunto esté presente.
¿Es una novela fantástica?
El guiño resulta evidente. ‘L’arume’ es un homenaje a los dos mayores creadores del género que ha dado la literatura castellana, Luis Buñuel, a través de ‘El ángel exterminador’ y Jorge Luis Borges. Es una novela corta en la que predominan la técnica de la escritura cinematográfica, con flashback y un lenguaje muy director, rápida de leer.
¿Qué fórmula utiliza para rendir ese homenaje?
El destino y la organización de la existencia de una manera casi matemática son dos componentes muy presentes en sus obras. Yo he tratado de introducirlos en mi novela, lo que no quiere decir que carezca de sus dosis de pasión amorosa y de acción. También hay un guiño a la literatura negra, muy presente desde las primeras páginas.
¿Dónde se desarrolla?
Puede ser en cualquier parte del mundo. Quiero creer que cualquier lector que se acerque a la novela no tendrá dificultad en meterse en ella y que rápidamente no será consciente de si está escrita en asturiano o en inglés.
¿Qué momento vive la literatura en asturiano?
A pesar de las anomalías que he señalado, de todas esas estrecheces, está a un nivel superior a lo que se podría esperar gracias al voluntarismo de sus creadores. Hay autores de calidad objetiva cuyas obras trascienden más allá de Pajares. Algunos tienen más eco fuera de Asturias que en su propia tierra, lo que no deja de ser una de las claves de la identidad asturiana. Solo valoramos lo que tenemos aquí cuando nos viene rebotado desde fuera.
¿Se plantea publicar alguna obra en español?
Yo me siento muy orgulloso de que en mi cabeza convivan ambos idiomas sin el menor roce. De hecho, ya he escrito obra en castellano, como ‘Wulf’, con la que en 2006 logré el premio de teatro Alejandro Casona o ‘El cine fantaterrorífico español’. De mis treinta obras, cinco o seis son en español.
¿En qué genero se desenvuelve mejor?
Lo que más me gusta es el teatro. Fue con lo que empecé siendo un crío, pero no hago ascos a la narrativa, la poesía, al ensayo ni a la música, que es otra de mis líneas de creación. He editado tres discos. El primero fue ‘Inaux’, premio nacional de canción de autor a los mejores textos del Ministerio de Cultura en 1986. Fue el que abrió un poco el rock en asturiano que tan buena continuidad tiene con grupos como Dixebra.
(d’El Comercio, 28-02-2018)
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