DIEGO MEDRANO OVIEDO.
Las reivindicaciones de los centenarios de Covadonga y del Reino de Asturias también tienen clave en lengua asturiana. Ayer, el Aula Magna de la Universidad de Oviedo acogió las ponencias de Francisco José Llera Ramo (‘La sociedad asturiana ante el espacio público’) y José Luis García Arias (‘El Reino de Asturias: de las palabras y los hechos’), ambas enmarcadas en actividades de la Academia de la Llingua Asturiana, junto con la Universidad de Oviedo y el Principado en el área de Política Lingüística, cuyo director Fernando Padilla hizo las veces de presentador tras una amonestación pública: «Estos no son los actos de celebración, hace 1.300 años, del Reino español».
El profesor de la Universidad del País Vasco, Llera Ramo, llevó a cabo una larga disertación, fruto de su ‘Macroestudio sociolingüístico en el ámbito del Principado de Asturias’, donde destacó «la condición de milagro y tesoro, respecto a la supervivencia de la lengua asturiana, con el único apoyo de sus hablantes, que han podido traerla hasta aquí». No echó campanas al vuelo, si bien destacó que aunque haya aguantado 1.300 años el futuro puede tornarse negro. «La tecnología y la competitividad lingüística pueden mermarla. Deben implicarse instituciones, actores políticos, medios periodísticos y la sociedad civil. Lo que piensan los ciudadanos ya lo sabemos. No somos iguales porque no nos tratan igual. La indefinición sería la que permitiría una lengua de segunda, que provoca cada vez más humillación e indignación entre la ciudadanía».
García Arias, histórico en la lucha por el asturiano, expresidente y fundador de la Academia, ve cierto «boicot o enmarañamiento en la celebración de los tres centenarios juntos», sigue creyendo que «no es una prioridad la lengua asturiana y se deja de lado por nuestros gobernantes», y con respecto a las actuales onomásticas, «debe ser puesta la lengua asturiana de relieve como entidad propia del Reino de Asturias desde su creación, sin diluirla o hacerla soluble en otra serie de realidades históricas para beneficio de muchos». Arias es contundente: «Es preciso leer esta fecha desde una perspectiva asturiana, desde una nacionalidad asturiana, dejando bien claro que no por ello soy antiespañol». Quitarse complejos sería lo prioritario: «No se tiene en cuenta y sigue acomplejando el valor de las palabras: nación, patria, país. No podemos ir al sesgo del complejo de inferioridad de nuestros políticos». Su punto final no es menos polémico. «Exijo que Asturias, con respecto al asturiano, tenga el trato de cualquier otro territorio español y los mismos derechos».
(d’El Comercio, 28-09-2018)
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