ENRIQUE CARBALLEIRA INFIESTO.
Maxi Areñes, alter ego de Pedro Martínez, fundador del grupo folk piloñés Fontoria y también impulsor de diferentes actividades culturales, presentó este viernes en el local social de Areñes su libro ‘Cuentinos dende Areñes’, que publica después de elaborar numerosas mini historias en verso, centradas en un ambiente muy rural e inspiradas por la localidad en la que reside desde hace algunos años. Estos cuentinos se fueron publicando primeramente a través de las redes sociales, antes de tomar forma de libro. Por sus páginas desfilan personas, animales y seres mitológicos, actuando de forma coordinada para tejer historias abiertas al público infantil y adulto.
¿Satisfecho con el resultado del libro?
Por supuesto, muy contento. Nació después de que muchas personas me animasen a publicar los cuentinos que iban conociendo a través de internet. Me decían que estaban bien y que podían gustar así que, al final, ya lo tenemos aquí, en papel. Quedó bastante bien.
Este viernes tuvo lugar la primera presentación, pero creo hay más preparadas.
Sí, quisimos empezar presentando en Areñes, porque era lo lógico, puesto que esti pueblín es el centro de todo. Pero estaremos en Infiesto y después tengo algunas más previstas en otros puntos de Asturias y es posible que también en Madrid o León. A ver si se pueden confirmar estas últimas, porque me haría ilusión. Sería una forma de poner a Areñes en el mapa.
Areñes es la gran referencia y su fuente de inspiración.
Sí, el libro no sería posible sin este pueblo piloñés. De ahí surgieron historias que no son solo para niños, que también, porque los ‘neños’ van a poder comenzar a hacerse preguntas que luego taladrarán a sus padres y abuelos. Pero creo que de verdad los mayores también van a disfrutar.
¿Hay crítica social?
Es un reflejo social. Utilizas sitios, personajes… Y desde un pequeño pueblo puedes extrapolar muchos temas a la sociedad real, la sociedad asturiana y española. Creo que se convirtió en una especie de diario. Cuando algún tema de la actualidad me llamaba la atención, lo trasladaba a estos cuentos, con personajes imaginarios y fantásticos que lo interpretaban a su manera.
Una especie de fábula social.
Sí, hay gran parte de fábula, con animales por ejemplo. Disfruté mucho escribiéndolo. Fue volver también a ese tiempo de los cuentos de siempre que leíamos cuando éramos pequeños.
¿Satisfecho con las ilustraciones de Maitetxu Isla?
Sí, por supuesto. Tuve mucha suerte de contar con ellas. Me gustan mucho porque me recuerdan también a esos cuentos y dibujos que leía cuando era pequeño, aquellos que me compraba mi madre. Fue un gran trabajo gráfico con el que me siento muy arropado y muy contento.
¿Podría elegir alguno de estos cuentinos como preferido?
Eso siempre es muy difícil. Es como cuando te preguntan por la preferencia sobre un hijo. Aunque sí es verdad que tengo un par de historias que se nota que puse muchas ganas a la hora de escribirlas, porque tratan de problemas que no debieran ser problemas y me tocan un poco la moral.
Unos ‘cuentinos dende Areñes’ tenían que hablar necesariamente asturiano.
Claro. Veo mucho ahora, algo que me sorprende, parece que hay que excusarse por hablar o escribir en asturiano. Yo lo escribí en asturiano porque me salió de las narices, no hay porqué dar más razones. Son cuentinos dende Areñes y yo pienso en la gente, los mayores de los pueblos, por ejemplo en mi padre, y en lo que le hubiera gustado leer y escuchar estas historias en la misma forma en la que él hablaba. Y además la llingua asturiana es un patrimonio de todos.
(d’El Comercio, 01-12-2018)
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