VERÓNICA VIÑAS
Recorrió los campos leoneses cosechando palabras. Ramón Menéndez Pidal, el padre de la filología hispánica, vuelve al primer plano coincidiendo con el 150 aniversario de su nacimiento. El Instituto Cervantes y la Biblioteca Nacional rescatan al sabio que dio lengua a León. En 1906 publicaba en la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos su célebre y extenso artículo El dialecto leonés. En él, y por primera vez en la historia, ofrecía una visión completa y científica de un dominio lingüístico que correspondía en lo territorial (y en gran parte lo sigue haciendo) con el Reino de León: desde Asturias al norte de Extremadura.
Su relación con León se mantendría durante toda su vida. En 1959, por ejemplo, inauguró el congreso internacional del centenario de San Isidoro.
Después del primer ensayo, Menéndez Pidal llevó a cabo un trabajo más ambicioso. Entre los años 30 y 50 del pasado siglo, junto a su equipo de colaboradores, crearon el Atlas Lingüístico de la Península Ibérica. Mediante un exhaustivo programa de encuestas, recorrieron la provincia de León preguntando a los vecinos su forma de denominar toda una serie conceptos y expresiones cotidianas. Lo más revelador es que casi todo el León rural hablaba su lengua tradicional en las primeras décadas del siglo XX, un idioma que fue perdiéndose, en gran parte, a partir de ese momento. Amante de la poesía juglaresca, publicará Elena y María: disputa del clérigo y del caballero: poesía leonesa inédita del siglo XIII. León ha dedicado varios congresos al insigne filólogo y en 2006 la editorial El Búho Viajero reunía en un solo volumen el facsímil de El dialecto leonés, coincidiendo con el centenario de este trabajo crucial.
La Biblioteca Nacional y el Instituto Cervantes dedican ahora sendas exposiciones sobre dos facetas de Menéndez Pidal: viajero infatigable e investigador del Cantar de mio Cid. La Biblioteca Nacional muestra por primera vez al público el códice que el filólogo consideraba la partida de nacimiento de la literatura española, vendido por la familia Pidal en 1960 a los March en diez millones de pesetas. El Cervantes se centra en los viajes que realizó como investigador por todo el mundo durante buena parte de sus casi cien años. La exposición reúne más de 200 documentos originales —fotografías, cartas, itinerarios, billetes de tren, mapas—, así como objetos personales, entre ellos su escritorio, y aparatos de sonido y grabación, como los que usaba por los pueblos de León.
El otro Pidal
Luis Menéndez Pidal, sobrino del ilustre sabio y arquitecto de San Isidoro, le preparó una tumba en la colegiata de Arbas. Y es que su tío, nacido en La Coruña, siempre se sintió fuertemente vinculado con Pajares, la tierra natal de su padre y patria de sus veranos infantiles.
Luis Menéndez Pidal fue arquitecto conservador de todos los monumentos del «distrito» que comprendían las provincias de León, Zamora, Salamanca, Asturias y Galicia, prácticamente el territorio del ‘leonés’ que estudió su tío. El arquitecto donó un archivo ingente a San Isidoro. Entre su legado hay auténticas joyas, como planos de todos los edificios históricos de estas provincias. De hecho, San Isidoro utiliza habitualmente los planos de Menéndez Pidal para todas las restauraciones.
El leonés moderno
«Con objeto de promover y facilitar la recolección de formas modernas dialectales de la región que formaba el antiguo reino leonés, publico estas notas hechas en un curso universitario y que necesitaban una detenida revisión, para la cual me falta ahora tiempo». Son las primeras líneas de ‘El dialecto leonés’, gran texto fundacional, desde una óptica puramente científica, del estudio del dominio lingüístico asturleonés como un conjunto unitario. Apareció en 1906 en la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos bajo la firma de Ramón Menéndez Pidal, padre de la filología española moderna. «En estas notas se podrá ver cómo el dialecto antiguo subsiste bastante bien conservado en la región Norte y Occidental de su dominio (…). Creo, además, de utilidad científica el presentar formando un conjunto ciertas particularidades que hasta ahora se habían mirado como aisladas o independientes, para hacer ver, en lo que puede alcanzarse hoy, la relativa unidad del leonés moderno».
(del Diario de León, 07-06-2019)
Deixar ua Respuosta