L. ORDÓÑEZ
Berta Piñán tenía el propósito de realizar en lengua asturiana la exposición de las prioridades de su Consejería, la de Cultura ante los representantes de los distintos grupos parlamentarios de la Junta General. Pero se topó con un veto doble. En primer lugar por parte del PP ya que la diputada María Gloria García, natural de Mieres, reclamó «traducción simultánea» al sentirse incapaz de entender adecuadamente la exposición en asturiano. También planteó problemas el portavoz de Vox, Ignacio Blanco, quien directamente exigió que no se permitiera el uso del asturiano y en forma de mofa planteó que se pudieran dar las intervenciones en inglés. Los grupos conservadores apalearon a una interpretación lo más restrictiva posible del reglamento parlamentario y cumplieron su objetivo.
Según recogió Europa Press la presidenta de la Comisión, Lidia Fernández (del PSOE), pidió un receso para hacer una consulta a la letrada presente. Los miembros de la Mesa y la letrada estuvieron en los pasillos de la Junta General hablando algo más de cinco minutos.
Cuando volvieron se reanudó la comisión. Fue entonces cuando Fernández pidió a la consejera, en atención al Reglamento de la Cámara, que compareciese en castellano «puesto que los diputados tienen derecho a entender su comparecencia». Añadió, en relación a la solicitud del PP, que el parlamento asturiano no tenía servicio de intérpretes. La Ley de Uso vigente en el Estatuto de Autonomía recoge el derecho expreso de cualquier ciudadano a dirigirse a la administración autonómica tanto en castellano como en asturiano pero, al no ser una lengua oficial, las instituciones no tienen ninguna obligación de responder en la misma lengua en la que han sido interperladas, es decir, por defecto siempre se responde en castellano. A pesar de que el uso del asturiano es habitual en los debates de los pleno del parlamento desde hace varias legislaturas, la diputada del PP señaló que si bien la Ley de Uso permitía expresarse en asturiano no podía entenderse como una norma que oblige a comprenderlo.
El diputado de Podemos Rafael Palacios expresó su protesta ante lo que calificó como una «censura de la libertad de expresión de la consejera» y solicitó que para futuras ocasiones puedan votarse este asuntos en la reuniones de organización de la Mesa.
La presidenta de la Cámara zanjó el debate y apeló a la «buena fe» de la consejera. Berta Piñán lo aceptó. «Reinicio mi intervención en castellano acatando el Reglamento de esta Cámara», dijo antes de empezar otra vez.
(de La Voz de Asturias, 01-10-2019)
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