L. ORDÓÑEZ
Sucedió el pasado jueves en el pleno del Ayuntamiento de Noreña y ante una iniciativa, en principio tan fácil de sumar consensos como una moción contra la ludopatía, y sin embargo terminó derivando en una polémica que retrasó por casi media hora el debate municipal. Ocurrió porque la propuesta fue presentada por el grupo Conceyu Abiertu por Noreña, con dos ediles en el consistorio, y como suele ser habitual fue leída en asturiano. Pero esto despertó las protestas de la única concejal del PP en el ayuntamiento, Marián Velasco, que exigió que fuera leída en castellano, aduciendo que no entendía algunas palabras y afirmando que el español era la única lengua oficial para ser usada en el pleno.
«Nosotros solemos presentar todas nuestras mociones de forma bilingüe, tanto en asturiano como en castellano, sobre todo porque los escritos en asturiano no los coge la secretaria pero cuando nos toca defender la moción en el pleno lo que hacemos es hablar en asturiano», explicó el concejal de Conceyu Abiertu Toño Martínez. Quien sufrió las protestas de la edil popular fue su compañero Pablo Pérez que se encontró con la exigencia de que cambiara su lectura oral. «Fue algo absurdo además porque delante tenía una fotocopia con el mismo texto en castellano», destacó Martínez quien atribuyó la polémica a «una táctica de beligerencia del PP contra el asturiano».