ROBERTO GONZÁLEZ-QUEVEDO
Parece que fue ayer, pero ya hace cuatro años que nos dejó el escritor Severiano Álvarez. Publicó dos libros ‘na nuesa l.lingua’: Cousas d’aiquí en 1987 y La gouta d’augua en 2008. Vivió en Villablino mucho tiempo y todos recordamos su buen carácter y sus relatos de estampas tradicionales. Su obra es interesante y necesaria: un puente entre el pasado y el presente. Otros escritores de más al sur siguieron este camino, que tuvo en C. A. Bardón un pionero.
Como puente de perlas es también la obra de Emilce Núñez, esta lacianiega que escribió Atsegrías ya tristuras (2005) y Una tarde d’outuenu (2011). Los versos de Emilce nos llevan al pasado, pero por la senda de los sentimientos del presente y de las esperanzas del futuro. Además de lo que nos legó en estos libros, guardamos esa riqueza poética que derramó en calechos y filandones, siempre con cosas de Laciana y Babia, tierras que estudió como nadie, lingüísticamente, el ilustre babiano Guzmán Álvarez.