E. GANCEDO
Duelme dicítelo, Tiadosu: ía outra nena». Era otra niña, y aquello se vivió en la casa como auténtica desgracia o maldición. Esa es una de las frases más elocuentes del primer capítulo de Hestoria de la mia vida, libro que acaba de editar el Club Xeitu con apoyo del ILC y que plasma la vida de Eva González tal y como ella misma la escribiera, con apretada caligrafía, en un cuaderno repleto de asombrosos apuntes vitales, históricos, etnográficos y lingüísticos. La realidad social del Alto Sil, la guerra, una épica huida a través de los montes, los odios y revanchas posteriores, los grandes y pequeños momentos de la vida… todo ello editado y presentado por su hijo, el escritor y filólogo Roberto González-Quevedo, y prologado por su nieta Irma. Porque aquella casa labradora esperaba un varón, sí, pero en su lugar nació la que acabaría por ser la gran matriarca de la literatura en asturleonés.
¿Cómo y cuándo aparecieron estas notas biográficas? ¿Las fue escribiendo Eva a partir de un momento concreto, las recopiló cuando ya era mayor…?
Mi madre, Eva González, generalmente me iba enviando sus textos literarios a medida que los iba escribiendo, para así ir preparando los diversos libros que se fueron publicando. Estas creaciones aparecieron tanto en obras conjuntas (de ella y mías) como en libros individuales de poemas o cuentos. También aparecieron sus escritos filológicos y etnográficos en Pequena enciclopedia de nós. Sin embargo, esta Hestoria de la mia vida no me la mostró ni cuando la escribía ni cuando la terminó. Yo sabía que estaba haciendo algo así, pero no conocí el texto hasta que, cuando ya la enfermedad la agobiaba, me lo entregó un día con dos condiciones: que los publicase yo según mi criterio y que lo hiciese después de su muerte. Terminó de escribir el texto en 1988 y calculo que lo empezó a escribir unos cuatro años antes.