El mundo de la cultura asturiana y el de su escena folk perdían ayer a uno de sus referentes claves, el multinstrumentista Elías García. El músico, de 51 años, fue hallado muerto en su domicilio de Meres (Siero) por un amigo y desde que se difundió la triste noticia la conmoción fue extendiéndose entre sus muchos seres queridos y entre todos los que le conocieron, compartiendo con él proyectos artísticos y un mismo interés por la renovación de la tradición asturiana. Biólogo de formación y especialista en ornitología, fundó en 1984 junto a Fonsu Mielgo y Marcos Llope el grupo Llan de Cubel, colaborando a partir de entonces con la mayoría de los conjuntos de música tradicional que siguieron el camino abierto por esa banda. En la actualidad formaba parte de los grupos Felpeyu y Tuenda.
Intérprete excepcional del violín, la guitarra acústica y sobre todo el bouzuki, fue con este último instrumento con el que contribuyó a imprimir un sonido propio a las bandas en las que tocó y al nuevo folk asturiano en general. El gaitero Xuacu Amieva evocaba ayer su presencia en el concierto de homenaje que recibió en el Teatro Filarmónica el pasado año y cómo lo conoció, cuando García y su amigo Xuan Nel Expósito, siendo apenas unos adolescentes, acudían a los ensayos del grupo Beleño para seguirlos con una pasión que pronto se traduciría en la génesis de Llan de Cubel. Su debut fue en diciembre de 1984 durante un concierto de Arpa Céltica. Era el comienzo de una carrera en la que participaría en la grabación de los seis álbumes de la banda ‘pixueto-uvieína’ y en los de otros artistas como el propio Amieva y su disco ‘Xostrando’. En 1993 se integraría en Felpeyu y una década más tarde en el trío Tuenda, junto a Xosé Antón ‘Ambás’ y Pepín de Muñalén, con el que colaboró en el programa ‘Camín de Cantares’ de TPA. Sus últimos proyectos lo llevaron a trabajar con el guitarrista Rubén Bada y la cantante Mapi Quintana.