RUTH ARIAS AVILÉS.
«Si un mozu me vien falar, / nun faltando a la razón, / nun te enfociques, que non, / yo téu que i contestar. / Peru has saber tú, galán / que si vien un atrevíu, / abástame’l puñu míu / pa apretá i’l pasapan», contesta Rosa a su celoso novio Xuan cuando este le recrimina haberla encontrado hablando con un muchacho. La respuesta es plenamente actual y aún hoy se intenta inculcar a las jóvenes que rechacen a este tipo de parejas controladoras. Y eso, rechazarle, con un «Non quiéu llevar cadena, / ni que me dés otra quexa… / Lu que nun se quier, se dexa… / Anda… Ve… Non me dá pena».
La determinación de Rosa llama la atención aún hoy en día, pero más si analizamos el contexto. Rosa es un personaje de los poemas que Matilde de Soignie, hija del ingeniero belga Adolphe de Soignie, director de la Mina de Arnao, y de Matilde de las Alas-Pumariño, escribió hacia 1870. Maestra de escuela, y perteneciente a la burguesía progresista del Avilés de aquella época, sorprende por muchas cosas: por su lenguaje, por su mensaje… y por el mero hecho de revelarse como escritora.