E. GANCEDO
Dos cosas tan aparentemente antagónicas como la música tradicional, el mundo de la oralidad —esa corriente de siglos, cultura traída y llevada por encima del tiempo y las fronteras, nacida en tiempos de tecnologías mínimas, básicas—; y las autopistas de la información, Internet y la misteriosa ‘nube’, han quedado ahora unidas en un singular proyecto impulsado por la Fundación Joaquín Díaz.
El ingente archivo sonoro que éste y otros investigadores han ido recopilando, analizando y ordenando en la sede-museo de la fundación, en la histórica villa vallisoletana de Urueña, se encuentra ahora a disposición de cualquier usuario gracias a un acuerdo con Wikipedia y la web de la RAE. Están todos: 23.000 grabaciones de la mayoría de territorios españoles, entre cantares, romances, coplas, refranes, historias y otros contenidos de alto valor etnográfico.