ENRIQUE DEL TESO MARTÍN
La lengua asturiana cruzó como un silbido breve la precampaña de los candidatos al Rectorado de la Universidad. Seguramente el Minor de Asturiano haya sido el elemento de entrada. Uno de los candidatos, con mejor intención que acierto, propone pasarlo de Minor a Mención. El Minor de Asturiano tiene muy pocos estudiantes, pero la medida habitual para estos casos, que es cerrarlo, parecería una medida contra el asturiano (y lo sería) y la autoridad no va a tomarla. Pero hay un problema y además es un problema que ejemplifica bien el desenfoque del tratamiento del asturiano. A la cuestión académica iremos, pero dando un rodeo.
En general, las autoridades del Principado y las universitarias históricamente trataron el asturiano a medias, sin oponerse a su normalización, porque parecerían fachas, ni impulsar su normalización, porque parecerían radicales. Por eso el asturiano tiene una ley de protección y uso que lo refiere como una lengua normal, pero no tiene el estatuto de lengua oficial. Por eso en la universidad hay asignaturas de lengua y literatura asturiana en varias titulaciones, pero no hay área de conocimiento de asturiano (es decir, profesorado específico). Por eso hay Minor de Asturiano, pero no Maior. Y por eso hay títulos universitarios propios, no reglados, de asturiano, pero no Grado. Hay de todo, pero siempre dividido por dos, siempre no tanto. Las autoridades vienen pareciendo ese chico apocado al que el amigo audaz siempre quería llevar demasiado lejos y que siempre da pasos pero siempre los da con miedo y nunca los da todos.